Drogas, sueños, amor, odio... No es fácil separar lo bueno de lo malo cuando se tiene diecinueve años y una mente demasiado inquieta y nerviosa.
Quizá el humor y tus colegas sean lo único que de verdad valga la pena cuando todo parece girar al revés de como lo tenías planeado.
Hay personas que no fueron grandes por sus conquistas o por las cantidades de dinero que llegaron a mover, si no por el sabor que dejaron en la boca de la gente que tuvo la suerte de cruzarse en su camino para comprobar que la vida, por muy atravesada que venga, se vive mucho mejor con una sonrisa.
(Madrid) Un golpe de estrés y varios síncopes le dieron la oportunidad y el tiempo suficiente para escribir y bucear por los mares de Internet.
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