Conocer la habilidad para desarrollar diferentes tipos de narrativa, me confirma que Ernesto Panamá se aventura bien en este oficio de ser escritor.
“Aventura en el Valle de los Elefantes”, cuya historia acontece en el hermano país de Guatemala fue la primera obra que ilutre.
En su narrativa involucra la cultura maya y algunas celebraciones propias de nuestra región centroamericana como la ceremonia del Fuego, esto me causó gran interés como ilustrador, ya que me gusta todo lo que nuestra cultura representa visualmente. Realmente disfruté mucho esa historia, para mí es un relato en una amplia gama de verdes, con naturaleza, llena de vida y con el ingrediente de la simbología mesoamericana que el cuento me permitió trabajar.
Muy buenas obras, escritas para fomentar el habito de la lectura en niños y adultos.
Durante mi estadía en Guatemala, viaje por su territorio y deleite con su naturaleza, además me aventure en su cultura y tradiciones; y formaron en mi mente memorias imborrables.
Esta vivencia llega a influir de tal forma que cuando Anabella y Claudia, mis hijas mayores posterior a la primera obra publicada un Testimonial Histórico; me motivan a escribir Cuentos Infantiles. Si, ellas querían que escribiera aquellos cuentos que cuando pequeñas les relataba durante los viajes en auto.
Nunca se me había ocurrido escribir para niños, para eso debes tener la habilidad de comunicarte con esas mentes que van formándose y lo que recién había publicado era mi experiencia historica política.
Durante algún tiempo la sugerencia paso a segundo plano, pero el análisis del tema no dejo dar vueltas en mi mente.
Pensaba además pensaba que reproducir los viejos maléficos Drácula, el monstruo de la laguna negra y el hombre de piedra, que en mi juventud estuvieron de moda, no me parecía atractivo; debía crear nuevos villanos y ese era trabajo adicional.
Con el tiempo en la mente tomaban forma ideas nuevas para el primer Cuento Infantil. La decisión de imprimirlo no resulto buena además carecía de ilustraciones a color y la obra era poco atractiva para niños.
No me sentía del todo satisfecho .
En la playa Andrés Fahsen padre de mis nietos lee el cuento a Marcela y Rodrigo. Yo impávido observo como los chicos de cinco y siete años, permanecen atentos largo tiempo a la lectura.
Esto me ánima escribir Aventura en El Valle de los Elefantes y conoszco a Oscar “Kein” Cornejo, quien ahora ilustra mis cuentos y portadas.
Decido entonces que mi vivencia en Guatemala de tradiciones y cultura, deben unirse a la emoción del cuento para que los pequeños conozcan tienen raices amen lo propio.
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