Carolina está por cumplir dieciocho años, solo unas cuantas horas y estará fuera del orfanato de Nuestra Señora de la Misericordia donde ha pasado su niñez y adolescencia, pero ella no es igual que cualquier otra chica de su edad, tiene una particularidad que la diferencia de todas. No tiene idea de por qué puede hacerlo, no sabe nada de su pasado salvo que sus padres murieron en un incendio el cual apenas recuerda; tenía seis años.

Fuera del orfanato y con ayuda de las religiosas que lo dirigen, se instala en un viejo hotel donde conoce el amor de madre, en la figura de la anciana que cuida y administra el hotel junto con su nieto, un hombre indeseable y pervertido del que prefiere alejarse.

Se enfrentará al amor por primera vez en su vida, así como a la alegría de vivir, a las celebraciones familiares y los buenos momentos, lejos del bullying y los acosos que padeció en el orfanato.

Sufrirá penas y perdidas, muchas alegrías pero también muchas lágrimas antes de que la verdad de su pasado sea revelado.

Carolina es una chica que busca la felicidad y el amor, pero la incertidumbre de su futuro y el misterio de su pasado y oscurecen su presente.