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LA JOVEN CABEZA DE PERRO por MARIO GONZÁLEZ
Anoche, la feliz expectativa que tenía de mi casamiento con Beatriz B. alteró mi costumbre de acostarme puntualmente a la diez...
Percibí de inmediato que nos estábamos mirando, en nuestros ojos reflejábamos asombro y un poco más profundo, en el fondo de ellos, una infinita tristeza...
Escenario de la soledad del personaje con la melancolía del estar yéndose siempre.
Lo curioso es que sí recuerdo muy nítidamente el día que me desperté en la salita blanca del hospital, estaba amarrado a los barrotes de la cama y mamá lloraba...
El lugar se mostraba sin inhibiciones completamente siniestro, sólo dos solitarios al borde de la locura podían citarse ahí...
En realidad, estaba lejos de imaginar que este sería nuestro último paseo por el senderito...
Si bien no era totalmente ateo, mi padre no creía del todo que a vida terminara en la nada... sentía curiosidad sobre el destino de los hombres cuando sus cuerpos ya no existieran...
El timbre está debajo de la chapa con el número diecisiete, lo oprime con tambaleante decisión y, lo que es más audaz aún, se juramenta: "Si me responden y se abre la puerta, entro"
...no eran modales para una profesora de filosofía, lo sé, pero casi siempre esos episodios terminaban con los dos revolcados en la alfombra del living.
No, esa noche no volvería al departamento, fue entonces que comprobé después, como una mente perturbada como la mía, confundió algo natural con un milagro.
Narrativa Novelas
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LA JOVEN CABEZA DE PERRO

MARIO GONZÁLEZ

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Cuentos encantadores que relatan historias cotidianas como la soledad del desencuentro o el descubrimiento de la inmensidad del amor, con una prosa que transita por la poesía y la sencillez, impacta y seduce por la profundidad de las situaciones y sus personajes.

Los cuentos de LA JOVEN CABEZA DE PERRO hacen un guiño con lo fantástico con una prosa poética y sencilla

En su Columna de Novedades y Recomendaciones Literarias del día 21/09/17 en "Que vuelvan las ideas" por AM 750, Patricia Díaz Bialet recomienda y comenta el siguiente libro:
GONZÁLEZ, Mario. La joven cabeza de perro, Buenos Aires, Peces de la Ciudad, 2017. (Narrativa Argentina)

 "Once cuentos que son bellísimos, con una gran poesía y dulzura, relatos cortos, algunos de una carilla, pero muy bien escritos. Realmente lo felicito a Mario González."

 

Foto del autor/a MARIO GONZÁLEZ

Comunicador social, trabajó en esta obra desde la diagramación y la  corrección hasta la difusión y organización de los eventos para la presentación.

ISBN/EAN978-978-42-3554-1
IdiomaEspañol
Páginas48
EditorialPeces de Ciudad

Los cuentos de LA JOVEN CABEZA DE PERRO hacen un guiño con lo fantástico con una prosa poética y sencilla

En su Columna de Novedades y Recomendaciones Literarias del día 21/09/17 en "Que vuelvan las ideas" por AM 750, Patricia Díaz Bialet recomienda y comenta el siguiente libro:
GONZÁLEZ, Mario. La joven cabeza de perro, Buenos Aires, Peces de la Ciudad, 2017. (Narrativa Argentina)

 "Once cuentos que son bellísimos, con una gran poesía y dulzura, relatos cortos, algunos de una carilla, pero muy bien escritos. Realmente lo felicito a Mario González."

 

Anoche, la feliz expectativa que tenía de mi casamiento con Beatriz B. alteró mi costumbre de acostarme puntualmente a la diez...
Percibí de inmediato que nos estábamos mirando, en nuestros ojos reflejábamos asombro y un poco más profundo, en el fondo de ellos, una infinita tristeza...
Escenario de la soledad del personaje con la melancolía del estar yéndose siempre.
Lo curioso es que sí recuerdo muy nítidamente el día que me desperté en la salita blanca del hospital, estaba amarrado a los barrotes de la cama y mamá lloraba...
El lugar se mostraba sin inhibiciones completamente siniestro, sólo dos solitarios al borde de la locura podían citarse ahí...
En realidad, estaba lejos de imaginar que este sería nuestro último paseo por el senderito...
Si bien no era totalmente ateo, mi padre no creía del todo que a vida terminara en la nada... sentía curiosidad sobre el destino de los hombres cuando sus cuerpos ya no existieran...
El timbre está debajo de la chapa con el número diecisiete, lo oprime con tambaleante decisión y, lo que es más audaz aún, se juramenta: "Si me responden y se abre la puerta, entro"
...no eran modales para una profesora de filosofía, lo sé, pero casi siempre esos episodios terminaban con los dos revolcados en la alfombra del living.
No, esa noche no volvería al departamento, fue entonces que comprobé después, como una mente perturbada como la mía, confundió algo natural con un milagro.

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LA JOVEN CABEZA DE PERRO por MARIO GONZÁLEZ