Huida hacia adelante

A lo largo de toda la novela logra mantener la atención del lector debido principalmente a la incertidumbre que genera. Al lector le pica la curiosidad, así literalmente dicho, el averiguar qué ha sido de las niñas, por qué las han secuestrado, quiénes han sido los culpables etc. Este sentimiento de empatía con el comisario Molins va en aumento a medida que avanzamos en la lectura. Uno de sus puntos fuertes es el de ser muy entretenida. Octavi Pina crea unos personajes en los que nada es blanco o negro, sino en los que los matices son importantes. 

Rauda, cinematográfica, de capítulos cortos y centrada en el meollo del asunto por encima de otros asuntos. Lo que más destaca de Huida hacia adelante es precisamente eso, que no mira hacia atrás ni para coger impulso. Su brío y su fuerza reside en la concatenación de escenas que se solapan entre sí y no hacen perder el interés por la historia. Es un vehículo de lucimiento para el entretenimiento policial por su ritmo vertiginoso. Su claridad de ideas, sencillas, abarcables por cualquier tipo de lector y enfocadas al puro divertimento desprejuiciado, la dotan de una atractiva y amena lectura.