Germán Gorosito es escritor de tierra pero no desdeña la lírica como camino para llegar a lo humano. Así, no evita lo nada etéreo de un avión si el recurso le sirve para volver su mirada hacia la vida de debajo del cielo donde la belleza de la flor convive con el dolor humano y ahí mismo hacerse la pregunta de quién soy, de dónde soy, susurro en la oreja que inquieta también el vuelo del lector. Por fortuna, confiesa para nuestro alivio “yo también he cambiado”.

En medio del silencio es donde las preguntas orecen, que la reflexión más profunda se despliega,  y la poesía viene a salvarnos con la palabra que ni el poeta se conocía, pero que estaba en él, humus fecundo de progenie ligada a la tierra, los aromas, el barro y el cielo. La poesía de Gorosito contiene lo agrario, es el país de los pétalos, del árbol de grandes brazos, del temor a los signos que...

 

Más maduro pero con los mismos sueños e ilusiones de antaño, ahora tiene un nuevo texto para compartir con los lectores. Publicado por Editorial Utopías, contiene el resultado de su acumulación de experiencias y de su búsqueda personal en las letras. Su prólogo lo escribió Horacio Bascuñán.
La obra de Gorosito ha tenido diversos reconocimientos. Como la  selección de su poema “Tres almas” para una placa recordativa de las víctimas del Triple Crimen de 1997 o la elección de algunos de sus versos por músicos como el cipoleño Rolando Lobos. Recientemente, dos poemas de su autoría conformaron, unidos, la letra del tema “Tanto que hacer” grabado por The López Project en su álbum Despertar. En la composición participa el gran rockero argentino Ricardo Mollo.