La obra trata de la destrucción del planeta para establecer un nuevo orden. Se presenta bajo la estructura de un diario original que da la impresión de ser un cuaderno de apuntes.

En esta nueva Babel, como en la bíblica, el lenguaje también va a jugar un papel trascendente. Se trata de un lenguaje poético que, como los personajes, pretende desubicar al lector para darle universalidad. La utilización de aragonesismos es un reto personal.

La solución a la temática planteada debe buscarse y extraerse del lugar mágico donde el autor descubre la obra, no solo en las decisiones de los políticos. Allí debe ir a buscar la suya personal de aprendizaje y amor. Es una búsqueda que suscita el punto final.