Esta ha sido una lectura tan intensa, llena de emociones, llena de amor y sobre todo de esperanza y perseverancia, cada palabra era un poema, no puedo describir lo que me ha hecho sentir: una montaña rusa de emociones, sin duda Fabián logró transmitir todos los sentimientos que en cada carta plasmó, sentí como si fuese el cartero, !qué hermoso libro!
Pocas historias me han hecho quedarme despierta hasta terminarlas. Cartas por el cielo es una de ellas; emotiva, fuerte, llena de amor y de libros. Con personajes llenos de fuerza, determinacion y valentía. Es una combinacion perfecta entre la fuerza de las palabras y la fuerza por sostener y cumplir los sueños. Y la presencia en toda la historia de ese personaje que nos narra las acciones y sentimientos de los protagonistas simplemente es perfecto. !Gracias por las notas del cartero!
Me hizo pasar por varias etapas de estado de ánimo en pocos minutos, yo que aun escribo cartas a los amigos. Me sentí arropada. De estar con una sonrisa de complicidad, de comprensión, pasé a la de sorpresa, tristeza y llanto. Me gusta el hecho de intercalar canciones con el capítulo en cuestión. Fresca lectura.
ADAM LEE
Vi a Leire en un atardecer sin saber si el atardecer era atardecer por sí solo o si era ella misma. Cargaba con un hatajo de libros y los cuidaba con su abrazo. Pensé que yo podía ser un libro solo para eso; para capturarla, hacerla sonreír, dejarle una huella y ser indeleble y secreto. Un libro solo para ella.
Y entonces decidí que todo nuestro libro sería de cartas (sinónimos de suspiros, canciones y de nosotros)
Creo que conseguí ser uno de aquellos libros que abrazaba.
Pero con hojas quebradizas y con final amargo.
LEIRE CASTELLÁN
Lo vi de refilón pero alcancé a ver sus ojos y me reprodujo en ese instante todas las canciones de La Oreja de Van Gogh. Parecía que había tejido todas las melodías y se las había puesto en ellos y me sentí acompañada de vuelta a casa y en mis sueños.
Cuando vino a mi librería supe que era real; una melodía persistente que apaciguaría cualquier tormenta, luminoso, una luciérnaga. No recuerdo sus primeras palabras, pero sí su mirada.
Con ella me lo dijo todo.
Con ella me dijo que escribiríamos una historia con cartas por el cielo.
A pesar de todas las tormentas de Madrid.
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