Hola, Tomás:
Soy la del viaje… bueno, la que te compró el libro en Ammán. Te escribo cuando creo que todavía corres por ahí. Yo aterricé ayer.

'El encantador de palabras', como ya te dije, es un libro extraordinario. Tus poemas tienen música, y la música es lo que más hiere e/o hipnotiza el alma humana. Me pasa a cada momento, cuando abro tu libro, lo que me pasó cuando lo abrí por primera vez en el teatro romano de Amman: me quedo sin respiración.

Me dijiste que contabas de dónde salían, de qué estaban hechos tus poemas… Por favor, no lo hagas conmigo: tus poemas, ahora, son míos. Muchas gracias por haberlos escrito.