Mercedes La Valencia y el péndulo del Talión

Decía ESQUILO, unos 500 a.C., que: «la violencia acostumbra a engendrar violencia». Y esto es lo que ocurrió, durante la Guerra Civil (1936-39) y primeros años de postguerra, en la localidad zaragozana de Azuara, donde en primer lugar las milicias de la CNT de la Columna Carod-Ferrer sembraron el terror a lo largo del año que permanecieron en esa localidad; haciéndolo después en ciega venganza las de Falange amparadas o en connivencia con las nuevas Autoridades.

Emergiendo en este entorno una heroína, Mercedes «La Valencia», quien habiendo sufrido como la que más las desgracias de la Guerra Civil, con la pérdida de su bebé en la cárcel de Torrero (Zaragoza), su padre en el bombardeo de Alcañiz (Teruel), su hermano Luis fusilado también en Torrero y el resto de la familia en prisión; pero, dotada de la inteligencia y la grandeza de ánimo de los más grandes, comprendió que la concordia es la única forma racional de convivencia e hizo de ella su bandera hasta su temprana muerte.